miércoles, 28 de agosto de 2013

El paro agrario como llamado de conciencia.

Por Ana María Constaín


Este no es un post de crianza. Al menos no explícitamente.
Y aun así quiero publicarlo en este blog, porque creo que es haciéndome cargo de lo mío que facilito que mis hijas aprendan a hacerse responsables de sus propias vidas. A ser protagonistas de sus experiencias.  A crecer como seres integrados capaces de ver a los demás en su completud. Conectadas con el amor y la abundancia.


“La verdadera crisis en nuestro mundo no es de carácter social, político, económico. Nuestra crisis es una crisis de conciencia. La incapacidad de experimentar directamente nuestra verdadera naturaleza. La incapacidad de reconocer esto en todo el mundo y todas las cosas.”  - Bill Orwell


Con el paro agrario me he sentido muy movida. Inquieta. He sentido rabia e indignación. Compasión. Miedo. Como suele pasarme con las manifestaciones. Con los Boicots.

Este paro no ha sido más que otra excusa para seguir en este camino de consciencia. Para mirarme.
Para darme cuenta de lo rápido que asumimos un rol de víctimas y nos polarizamos como humanidad. Los buenos y los malos.
En este paro he sentido un enorme impulso por apoyar a los campesinos. Por repudiar a los mandatarios y a las demoniacas multinacionales.
A la vez he sentido una extraña empatía con Santos.
Porque desde que soy madre ya no me es tan fácil señalar con el dedo.

Este atacar tan despiadadamente a Santos y Monsanto, como representantes de lo que está mal en el mundo me incomoda. Y no porque racionalmente no este de acuerdo con muchos de los argumentos. Pero el asunto es ese. Es una lucha mental.
Una guerra en la que ambos bandos se arman de argumentos para hacer válidas sus visiones y destrozar a su oponente. Y no importa si la bandera es proteger la tierra o la economía mundial. Lo que hay de fondo es exactamente lo mismo.
Cada quien desde su perspectiva cree que está en lo cierto. Cada uno siente válida su causa.

Por esto justamente creo que la crisis no es social, ni económica, ni política.
Es una crisis de conciencia.

Estamos disociados. Divididos. Desconectados con nuestro ser. Con nuestro cuerpo y nuestras emociones.

La tierra llora en un llamado a la conciencia.
Me doy cuenta que esto que se mueve en mis entrañas no es más que mi cuerpo despertando del letargo. Mi corazón bombeando con fuerza para eliminar los efectos de la anestesia que la mente racional ha puesto.
Los campesinos son ese símbolo de lo que he olvidado. De lo que he dado por supuesto. De lo que he mandado a la sombra. Y ahora que salen a la superficie despierto un poco más. Soy parte de un todo.

Lo que es adentro es afuera, leía esta mañana (gracias Tatiana). Y sí. Estas polaridades Campo – Ciudad, Campesinos- Empresarios. Pequeños comerciantes – Multinacionales, Local – Global. Natural – artificial, son polaridades que habitan en nosotros. Y que proyectadas afuera, nos muestran esta división. Nos invitan a integrarnos. Aceptarnos. Amarnos.
No creo en los campesinos como Héroes nacionales, ni en los dirigentes como Villanos. Todos somos un poco de todo.
Las noticias manipulan la información tanto como los posts de las redes sociales. Porque cada uno pone la mirada en lo que necesita para reafirmar sus creencias.
No hay una verdad objetiva como tal porque cada uno ve el mundo desde lo que es.

Juan Valdés es la empresa maltratadora de cafeteros hasta que aparece el enemigo mayor: Starbucks. Entonces Juan Valdés se convierte en el salvador.
Estamos en este juego todo el tiempo. Buscando enemigos externos. Alguien a quien depositarle nuestra “basura”.

Cuando cada uno puede integrarse. Mirarse. Conectarse. Elevar su conciencia. Esta división empieza a borrarse. Nuestra necesidad de “eliminar al enemigo” desaparece. Porque cuando nos amamos podemos reconocer el amor en otros. Cuando nos aceptamos, podemos aceptar a otros. Cuando reconocemos nuestra oscuridad, no necesitamos proyectarla en alguien afuera.

Podemos reconocer que cada uno está es su camino. Que a su vez el mundo esta es su proceso de evolución. Que cada paso es necesario.

Este paro me muestra mucho de lo que hay en mi. Ante la posibilidad de escasez me doy cuenta de la abundancia.

Esta al final es la manera en que elijo apoyar este paro.  

Viendo en mi lo que afuera esta en revolución.

No hay comentarios:

Publicar un comentario