jueves, 25 de agosto de 2016

A ti...

A ti,

La autora de tantas páginas nunca leídas, llenas de palabras que furiosamente rompen la frontera de la censura y se atreven al menos a plasmarse en un papel, en una corta existencia que el fuego devora para evitarles ser descubiertas.

Sé que borras tantas letras antes de que lleguen a su destino, y te ahogas con todas las voces que quedan atrapadas en tu garganta. Conozco de cerca tus pensamientos secretos, tus fantasías prohibidas, y sé dónde están tus prendas de vestir escondidas.

Nada de ti me es ajeno. Ni siquiera ese universo encarcelado dentro de los límites de tu cuerpo avergonzado que nadie conoce. Estoy al tanto de tus exploraciones tan intimas y culposas que iniciaste desde niña y de tus lecturas temerosas cuando al fin lograbas un tanto de soledad.
He seguido de cerca todos tus impulsos frenados y tus ganas reprimidas y también tus intentos de liberación aplastados por el juicio.

He observado el poder de tu mirada hipnótica, tus sensuales movimientos y tu cuerpo seductor, aquellas noches oscuras que has logrado escabullirte y también soy testigo de la fuerza que escondes cautelosamente.

No es para menos. Has sido quemada en hogueras, repudiada, apedrada, exhiliada y denigrada.

Así que entiendo que te hayas invisibilizado y que prefieras ser pequeña.

Te admiro por eso, porque sé de tu fuego que te quema y de tantas lágrimas que lo intentan apagar. Has sido valiente, al permanecer mimetizada guardando tus poderes y ocultándote de todos los que quieren destruirte. Te has adaptado mujer sabia, para impregnarte del dolor del mundo al que llegaste y poderlo comprender.

Sé que te has disfrazado, mujer puta, mujer bruja, porque aún no era la hora.

Has estado sola. Ya no lo estás-

El momento ha llegado de que salgas de tu guarida.

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